1. CUIDAR LA TIERRA
2. CUIDAR A LA GENTE
3. COMPARTIR LOS EXCEDENTES.
Cuidar la tierra implica cuidar todas las cosas vivientes y no vivientes: Suelos, especies y sus variedades, atmósfera, bosques, microhábitats, animales y aguas. Esto implica la realización de actividades inofensivas y rehabilitantes, la conservación activa, el uso ético y frugal de los recursos y la subsistencia correcta, es decir, trabajar para y con sistemas útiles y beneficiosos.
Cuidar la tierra también implica el cuidar la gente, de modo que nuestras necesidades básicas de alimentación, abrigo, educación, empleo satisfactorio y contacto humano de convivencia están tomadas en cuenta.
El cuidado de la gente es importante, puesto que a pesar que somos una pequeña parte de los sistemas totales de vida, hacemos un decisivo impacto en ellos. Si podemos proveer nuestras necesidades básicas, no necesitamos concentrarnos en prácticas destructivas a gran escala contra la tierra. Una actitud así trae como consecuencia inmediata, un camino de paz y convivencia respetuosa, una cotidianeidad amable.
Compartir los excedentes es la contribución en tiempo, dinero, energía y materiales excedentes para lograr los objetivos enfocados al cuidado de la gente y de la tierra.
